Carrera tan emocionante como la de Zandvoort, con luchas vibrantes por la victoria. Sí, ha ganado el de siempre pero no, no como de costumbre. Hoy Verstappen, Pérez y Red Bull han sufrido de lo lindo con Carlos Sainz. El español partía desde la primera posición y la ha defendido con uñas y dientes. El RB19 es mucho mejor coche que el SF23, pero Carlos ha jugado sus cartas de la mejor forma posible: velocidad punta de su Ferrari, bemoles y sus dotes de defensa frente a aerodinámica, cuidado de neumáticos y un mejor equipo, las cartas de Red Bull.

Sainz en la salida consiguió tapar a un Max que salió/traccionó mejor. El holandés pensó que Carlos le iba a durar un par de curvas más, pero se equivocó. Cada ataque de Max a final de las zonas de DRS era respondido por Carlos, que frenaba muy tarde, colocaba el Ferrari en el lugar perfecto y lo hacía parecer tan ancho como un camión. El líder del campeonato no paraba de darle hachazos, pero el hijo de El Matador tapaba los huecos de forma magistral. Hasta que el juego de neumáticos medios con el que salió Carlos dijo basta en la vuelta 15. En la frenada de final de recta Carlos tuvo que bloquear ruedas para contener el enésimo ataque de Max, que aprovechó el exceso del español para salir mejor de la doble curva para traccionar mejor y pasarle a continuación. En apenas un par de vueltas, ya se había alejado dos segundos.

A partir de ese momento y hasta la vuelta 18, Carlos sufrió el acoso de Leclerc hasta que entró en boxes. “Il Predestinato” siguió una estrategia un tanto sibilina durante toda la carrera, ante la connivencia de Ferrari. Durante esas primeras 15 vueltas, en ningún momento intentó incordiar o pasar a Max como hubiera sido lógico. Todo lo contrario. Le dejó acosar al español mientras él conservaba neumáticos. Y en cuanto Max fumigó a Carlos, empezó a quejarse de que el madrileño estaba sin ruedas, para que Ferrari se lo quitara de en medio. Y así fue.

Ferrari hizo entrar a Carlos en la vuelta 20, que andaba ya casi en los alambres, y le hizo el cambio de ruedas en 3.3 segundos. Mientras, Charles lo daba todo apurando su juego de medios para intentar hacerle a Sainz un overcut. Entró en boxes dos vueltas después y Ferrari le hizo el cambio de neumáticos en 2.2 segundos. Salió de boxes tan contento…y se encontró con Carlos delante pese a todo. Intentó adelantarle aprovechando el DRS, pero Sainz tenía sus ruedas en orden y apretó de lo lindo.

Hasta que apareció Checo Pérez. El mejicano tardó mucho en deshacerse de Russell, pero en cuanto lo hizo empezó a recortar tiempo a los Ferrari de forma clamorosa. Y los cogió. Leclerc se le resistió unas vueltas, pero en la 32 Checo le robó la posición. Y lógicamente se fue a por Carlos. El español volvió a defenderse con uñas y dientes, mientras que Charles guardaba ruedas y esperaba su momento. Nada de intentar jugar en equipo e intentar hacer un 2/3 para Ferrari. El caso es que el español y el mejicano tuvieron varias memorables apuradas de frenada a final de recta, pero Sainz seguió colocando el coche donde más incomodaba a Checo. Hasta que en la vuelta 47, a 4 del final, se volvió a quedar sin ruedas. Pérez le pasó y se alejó como si tuviera 100 CV más.

De ahí al final, ataque total de Leclerc a Sainz. Y todo el equipo Ferrari calladito, sin dar las órdenes de equipo habituales sobre la conveniencia de mantener posición. Parecían convencidos de que un Sainz sin ruedas iba a ser presa fácil de su niño bonito Y cuando se dieron cuenta de que el madrileño no iba a ceder, solo acertaron a decir un tímido “no queremos riesgos” a Leclerc. Sus pilotos lucharon como gladiadores por el tercer escalón del podio, blocando ruedas en varias ocasiones y estando a punto de tocarse en algún momento. Imagínate si llegan a chocar y pierden un 3-4 en casa ante los tifosi. Ese riesgo no incomodó a Vasseur y compañía. Pero cuando Sainz en otras carreras era más rápido que Leclerc y le podía pasar, le negaban el permiso para no poner en peligro los puntos que iban a conseguir. De risa. Llegó el final de carrera y Carlos consiguió conservar la tercera posición.

Por su parte, Fernando Alonso ha hecho la carrera a la defensiva que comentaba ayer. Con un coche que no tenía ni el agarre ni la velocidad suficientes, no ha podido pasar de la novena posición. En la salida perdió la posición con Hulkenberg y tardó ocho vueltas en poder recuperarla. Tanto los Mercedes como los McLaren estuvieron siempre fuera de su alcance. Lo ha intentado todo, pero esta vez ni con su magia ha podido hacer más. Suma dos puntos que, de cara a la tercera posición en el campeonato de pilotos, pueden resultar importantes.

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