Este coche no anda nada. En él, la aceleración es casi inexistente. Además, es ruidoso y solo tiene 4 marchas. Por si fuera poco, el interior es muy espartano y no tiene ni dirección asistida. Si piensas que al menos su consumo es bajo, te equivocas. De hecho, tiene una relación consumo/prestaciones bastante mala. Y para rematar la faena, es el resultado de un proyecto desarrollado por y para la Alemania nazi. ¿Y entonces? ¿Cómo es posible que se vendieran 21,5 millones de unidades de este modelo y que estuviera en fabricación desde 1938 hasta 2003?
Porque, a pesar de todo lo que te he contado, es un coche maravilloso. Traspasó fronteras, su diseño detuvo el tiempo, fue capaz de encandilar tanto a las familias tradicionales como a los hippies más zumbados, y se llegó a convertir en una estrella del cine. Hoy probamos un maravilloso VW Escarabajo. Toma asiento y conoce todos los detalles del VW 1302 de 1971 de nuestro amigo Ángel.

Personalidad arrebatadora
Muy pocos coches despiertan la simpatía del Escarabajo. Su carrocería tiene unas formas y proporciones realmente únicas. No sabes qué te gusta más: si el morro con esos simpáticos ojos (faros) y pronunciada nariz (maletero), las maravillosas aletas delanteras o esa voluptuosa trasera por la que asoman dos preciosos escapes.
Es el típico coche con el que, cuando paras en una gasolinera o en un parking, no dejas indiferente a nadie. Poco a poco la gente se va acercando, sonríen al mirar el coche y te felicitan por tener un coche tan bonito. El Escarabajo no despierta envidia de la mala, sino mucha curiosidad y alegría.
Hay abundantes cromados en elementos como paragolpes, rejillas de ventilación del motor, faros, tapacubos de las llantas, molduras laterales, los diferentes tiradores, etc. Eran muy comunes en su época y le sientan francamente bien. Llama la atención que en un coche tan barato se cuidara tanto el diseño de cada mando. Fíjate en las formas del retrovisor del conductor, de los intermitentes delanteros o de las salidas de ventilación, el cariño puesto en cada elemento.

Ángel le ha añadido a su 1302 una serie de detalles que lo hacen aún más simpático. En la parte delantera, unas piezas metálicas colocadas en los faros delanteros simulan ser los párpados de los ojos de su coche. También vemos unos preciosos faros antiniebla naranjas colocados sobre el paragolpes; a los neumáticos les ha añadido una banda de color blanco que le da un rollo aún más clásico al coche, y en la parte trasera, la placa de E con el 1971. Personalmente, todos estos detalles de personalización me parecen muy acertados.
Interior sencillo y atractivo: encantador
Abrimos la puerta del Escarabajo y, antes de sentarnos, nos fijamos en la bonita tapicería de piel sintética de color blanco y ribete azul. No es la original, pero queda de cine en contraste con el azul de la carrocería. A los asientos, de sencillas formas, se les ha adaptado unos reposacabezas para mayor comodidad y seguridad. El espacio disponible para las plazas delanteras es correcto, con espacio suficiente para las piernas y con el acompañado sentado
Una vez sentado, me quedo mirando un buen rato el interior. Todo es sencillo, todo es bonito. La instrumentación queda reducida a un simple velocímetro circular de gran tamaño, en cuyo interior se coloca la aguja del nivel de gasolina, el cuentakilómetros y los testigos de luces, intermitentes y el del aceite.

El 1302 es el último de los Escarabajo en conservar el salpicadero en metal pintado en el mismo color de la carrocería, francamente más agraciado que el posterior de plástico de los 1303. Rodean al velocímetro unas rejillas horizontales que quedan muy aparentes. El volante ya es el “moderno” de plástico y cuatro radios, de aro fino y agradable tacto. Los pocos botones del salpicadero son redondos y grandes, a juego con los de la radio neoretro que le ha instalado su dueño. En la parte derecha encontramos la guantera, de correcto tamaño y desde cuyo interior se abre el maletero delantero mediante una palanquita.
En cuanto a equipamiento, este pitufo no puede sacar pecho. No hay aire acondicionado ni elevalunas eléctricos, pero al menos sí unas ventanillas delanteras practicables que ayudan a meter aire fresco en el interior. En el salpicadero tienes seis botones, la radio y ninguna pantalla. Nada más. Por no tener, no tiene ni los mandos de la calefacción, que están situados al lado del freno de mano. Esto es debido porque están conectados mecánicamente a las trampillas de unos conductos de aire, que se calientan con el calor generado por los gases de escape.

No anda nada pero es apasionante
Giramos la llave de contacto y despierta la bestia. El fantástico ronroneo del cuatro cilindros boxer refrigerado por aire llega con claridad al habitáculo desde atrás, una bonita sensación que sólo ocurre en deportivos de motor central o trasero (como los Porsche 911). Los pedales se articulan desde abajo (como en los Porsche 911 antiguos) y su tacto es distinto al habitual. Pisas el embrague, metes primera y sueltas el pie izquierdo mientras aceleras con decisión, esperando una violenta aceleración (como en el Porsche 911). Pero ésta no llega, porque este Escarabajo solo tiene 44 CV y un par máximo de 86 Nm. Así que, pesando unos 900 Kg en vacío, tiene unas prestaciones francamente pobres. Para que te hagas una idea, la aceleración de 0 a 100 la realiza en unos escalofriantes 25 segundos. De hecho, al coche le cuesta llegar a los 110 Km/h. Es lo que nos da con total honestidad este pequeño 1.300 cc.

Y no importa, porque la falta de caballos la compensa todo el coche. Primero, por el propio motor, que te engancha por su fantástico sonido y las vibraciones que te hace llegar. Te sientes totalmente conectado a él.; Y segundo, por la experiencia visual y sensitiva que supone rodar con este coche: el ir tan tranquilo te permite admirar el precioso salpicadero, disfrutar del particular tacto del volante y los pedales, y aprovechar la fantástica visibilidad del coche para ver el paisaje.
El conductor tiene que administrar la escasa caballería disponible a través de una caja de cuatro marchas, en la que hay que marcar claramente la H para pasar de segunda a tercera. La dirección es resistida, pero no se siente excesivamente dura en parado y en marcha se muestra precisa. La nueva suspensión McPherson, novedad técnica de los 1302 respecto a sus ancestros, tiene mucho que ver en ello. Siempre se ha dicho, y no es un mito, que este coche se comporta mucho mejor si vas con peso en la parte delantera. Por eso es, antes de salir a rodar, llenar el depósito de gasolina (va en la parte delantera) es una buena decisión, porque equilibra un coche cuyo reparto de pesos es muy malo. Es lo que tiene tener el motor colgado por detrás del eje trasero y tener la caja de cambios en posición trasera. Pero no es un coche para ir rápido, no fue diseñado para eso y hay que tener en cuenta que fue desarrollado hace 90 años.

Conclusión: un amigo
No lo voy a negar, este 1302 me ha gustado mucho. Primero, porque el coche es muy bonito y tiene mucha personalidad. Y segundo, porque su motor tiene un sonido maravilloso. Y para terminar, porque su dueño lo tiene muy bien cuidado y eso se nota. Más que como un coche, estos Escarabajos los sientes como a un amigo o una mascota con el que irse de paseo.
Los VW Escarabajo son clásicos muy recomendables, porque además de lo ya contado, porque son baratos y tienen una fiabilidad espectacular. No andan nada, pero arrancan a la primera y no te van a dejar tirado nunca. Si vas a comprar una unidad, revisa que el coche no tenga óxido, que el motor esté bien mantenido (nivel de aceite fundamental) y que el sistema de calefacción no meta gases de escape al interior. Por lo demás, arranca y a disfrutar.

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