No, no nos hemos vuelto locos: este coche es un híbrido y no es enchufable. Lo es en lo conceptual, porque mezcla 3 tipos de coche en una sola carrocería: es un elegante deportivo, una berlina para la familia y un práctico break. Y todos ellos se unen en una pequeña carrocería de apenas 3,8 metros de longitud, lo cual tiene un mérito incuestionable. Y no es enchufable porque, para alegría de su afortunado propietario, el 128 3p lleva un buen motor de gasolina que no necesita de una máquina eléctrica para moverse con mucha agilidad. Eso son “tontás” de los coches actuales.

La historia del porqué se comercializó este modelo de FIAT bajo licencia SEAT es de sobra conocida, la tenéis en la ficha del modelo y no la vamos a repetir. Simplemente os recordamos que este coche convivió de forma forzosa con su carismático hermano 1200/1430 Sport “Bocanegra”, y que resulta mucho más polivalente que éste. Y eso lo pude apreciar en cuando me acerqué al 128 3P que protagoniza este reportaje que, por cierto, se encuentra en un magnífico estado de conservación.

Diseño muy personal

El diseño exterior es fantástico, y creo que brilla mucho más en este gris plata que en el habitual blanco. Mi parte favorita del coche es el precioso morro, que se muestra francamente poderoso. Incorpora cuatro faros circulares que destacan sobre una elegante parrilla negra, que también los rodea. El paragolpes cromado juega también al contraste con la moldura de goma negra que llega en su parte exterior.

En la vista lateral, llaman la atención dos cosas: por un lado, la bonita línea tipo hatchback que tiene este 128 3p, las elegantes llantas de chapa con los tapacubos cromados y los vinilos en negro con la leyenda “128 Sport”; por el otro, la elevada altura a la que queda la carrocería en relación a las ruedas, especialmente en la parte delantera. Seguro que desde el punto de vista técnico tenía su explicación, pero la verdad es que el coche ganaría mucho tanto en lo estético como en lo técnico si la carrocería estuviera situada 4 cm más cerca del suelo.

Con todo, la parte más personal del diseño del 128 3p es la parte trasera. El portón tipo break tiene una acentuada caída e incorpora una luna de importantes dimensiones que permite una correcta visibilidad. Los grupos ópticos traseros están formados por 3 pilotos traseros (por cada lado) de formas muy particulares. Por debajo, destacan el paragolpes trasero (también cromado) y ese bonito escape aftermarket que incorpora esta unidad.

Interior amplio y poco equipado
De puertas adentro, encontramos un interior bastante bien resuelto. La amplitud disponible es notable porque, insisto, estamos hablando de un coche de 3,8 m de longitud. La moqueta, parte de los asientos y los paneles de puertas tienen un elegante color azul, que contrasta con el gris de la parte central de los asientos. El tamaño y el mullido de los mismos es agradable, pudiendo viajar 2 adultos delante con dos niños detrás de forma correcta. El salpicadero es de color negro y presenta unas formas bastante sencillas, que recuerdan a las del 127. El nivel de equipamiento es limitado, incluso para tratarse un coche de los 70.

La postura de conducción es similar a otros coches de la época, disfrutando el afortunado conductor de un bonito volante de dos brazos de correcto tamaño, unos pedales que permiten hacer el punta-tacón de forma precisa (eso sí, demasiado desplazados hacia la derecha) y de una palanca de cambios de generosas dimensiones. Los asientos son cómodos, aunque pequeños y con un agarre lateral limitado. 

La ergonomía se la pasó su diseñador por el arco del triunfo, porque algunos elementos están donde no deberían o tienen un tamaño inadecuado. Por ejemplo, la radio está situada enfrente del acompañante, “ideal” para cuando el conductor viaja solo y quiere cambiar la emisora, Otros detalles mal resueltos son un mechero que tiene un tamaño desproporcionadamente grande, una luz de cortesía interior que va colocada en el salpicadero y no en el techo, unas palancas de intermitentes, luces y limpiaparabrisas demasiado finas, etc. Detalles curiosos también vistos en otros coches, pero que llaman la atención porque demuestran que en los 70 las prioridades eran muy distintas a las actuales.

La instrumentación consta de dos grades relojes circulares que alojan velocímetro y cuentavueltas, y de dos menores (colocados a ambos lados de sus hermanos mayores), que informan de la temperatura del líquido refrigerante y de la cantidad de combustible disponible. Todo se lee de forma clara porque los finos brazos del volante no entorpecen la visión de la instrumentación.

El maletero tiene un buen tamaño y se beneficia de la practicidad ofrecida por el amplio portón trasero y por el asiento trasero abatible: En eso se merienda a coches como el Bocanegra o el 127.

El motor 1430 por encima de todo

Y llegamos al apartado dinámico, donde el motor brilla por encima de todo. Esta unidad del 128 3p incorpora el conocido 1430, que ofrece 77 voluntariosos caballos y que mueve el coche con alegría. Es un motor con personalidad, ruidoso en su funcionamiento y que tiene una contundente respuesta (teniendo en cuenta la potencia disponible) al acelerador.
SEAT dotó en su día al coche con una caja de cambios de cortos desarrollos, lo que ayuda al 1430 a tener una buena capacidad de recuperación. No hay vacíos en su respuesta a lo largo de todo el cuentavueltas, tiene bajos y a medio régimen da lo mejor de sí. Sin embargo, a altas vueltas le falta garra. Pero es que eso no es lo que se buscaba para este 128 3p.

Recordemos que este 128 3p es un “híbrido”, que tenía que servir también como coche de familia. Y ahí encaja a las mil maravillas el carácter de su motor. Por su parte, la puesta a punto de las suspensiones iba en esa línea, en la de coche de familia con carrocería deportiva. La elevada altura de la carrocería respecto al suelo, la ausencia de barras estabilizadoras y la presencia de ballestas en la suspensión trasera dan como resultado un coche pensado para viajar tranquilo. En autovías permite viajar a 120/140 Km/h con total solvencia y satisfacción, disfrutando el conductor de un coche cómodo y del precioso sonido de motor y escape.  
Si nos metemos en carreteras cerradas y circulamos a un ritmo tranquilo, esas agradables sensaciones se mantienen. Pero si nos ponemos a sacar toda la chicha que ofrece el 1430, la carrocería se mueve en exceso y pierde agrado de conducción. Esto se puede solucionar hoy en día haciendo cambios en muelles y amortiguadores e incorporando una estabilizadora, pero aquí os hablo de las sensaciones que uno siente con el coche estrictamente de serie.

Un coche muy completo

Estamos ante un coche muy completo: diseño muy diferenciador, una práctica carrocería de 3 puertas, un motor brillante y una puesta a punto tranquila del bastidor. En su día se le echaba en cara un precio desorbitado y un equipamiento de confort muy limitado para ese precio. Pero son defectos perdonables hoy en día, porque por apenas 6/7000 euros encuentras unidades del 128 3p en buen estado, ya sea con motorización 1200 o 1430. Si te llama su diseño, ve a por uno.

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